Al final una se acostumbra al frío
una se acostumbra al olor a viejo
a las telarañas de las esquinas
a la oscuridad de una casa sin electricidad.
Una se acostumbra al olor a fuego
se abraza a ese aire,
lo respira y lo hace suyo...
y entonces años de civilización se deshacen en su pecho...
y tiembla de frío
llora de alegría...
llora de miedo...
(mientras se templa al sol)
jueves, 22 de octubre de 2009
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