No tiene la culpa de nada, pero hoy por poco hace un vuelo rasante a través de la ventana...
y me entra la risa, pero me enfado y me revuelvo, me encabrito, farfullo, me quejo, rumio, regaño, repito, aburro.
"aburres a las ovejas", me decía mi madre de pequeña.
y debo ser una oveja, porque me empiezo a aburrir de mí misma...
Hoy es el día de las quejas:
los pomelos (de un kilo cortados por la mitad en la mesa del salón)
las exposiciones en Amsterdam
la cera de las velas (sobre la vajilla)
el té, esparcido en la encimera
los bricks, (secándose en el escurridor)
las colillas (por todas partes)
el tendedero (que se desmonta)
el cajón (que se desmonta)
la cadena de la bici (oxidada y rota)
las cubiertas de la bici (desgastadas y escurridizas)
los muebles
el rojo
el azul
el negro
los alemanes
los holandeses
los españoles (son aún peores)
la decepción
la ausencia
el polvo, y la alergia
los espaguetis
el hielo y la nieve (cuando se derriten en el suelo del salón)
las bufandas demasiado anchas
los trenes holandeses, son muy caros
el dolor de garganta
el paracetamol
los agujeros de mi cuarto
la calefacción que no calienta
los proyectos inacabados
el futuro incierto
la desgana...
las cartas que no llegan
(y que no tienen respuesta...)
Si fuera tú en la cama me quedaba...
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